viernes, 27 de abril de 2012

cojo la gran bolsa, tiene todo lo que necesito. Cierro la puerta de un portazo, salir de allí es mi salvación. Corro hacía el coche, el está allí esperándome. El es mi salvación. Un beso en la mejilla y cierro la puerta. El coche comienza a arrancar.
Puedo ver la carretera, puedo sentir como mis cabellos se mueven al compás del viento. Puedo sentir como mis labios se mueven al tararear la canción de la pequeña radio del coche. O como las mariposas de mi estomago revolotean por saber lo que me espera al otro lado de la ciudad, junto a él. Miro hacía mi izquierda, me dedico a contemplarle. ¿Cómo podía ser tan hermoso? Sin mirarme me dedicó una sonrisa, sabía que lo estaba mirando. Mis mejillas se ruborizan como el primer día que lo conocí. Probablemente era una locura escapar, pero junto a el, yo era feliz.

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